Se trata sólo de ilusiones...


voladora, o el águila gigante que gritaba y se reía, la serpiente que se quería comer a Simbad, el gran barco pirata, y ese pedazo de gigante enorme ¿dónde se ha metido?... de dónde había salido tanta magia y dónde está guardada...
Ven entonces los muñecos dejados en el suelo, caídos, como soldados agotados después de una batalla. La maravillosa gaviota, que volaba, ¡ya lo creo que volaba!, por encima de sus cabezas, no es ahora nada más que un trapo inerte, del que salen alambres pegados. Todo se ha vuelto como de papel manchado y arrugado. La sorpresa aparece en sus caras... Nos miran interrogantes... Así que es sólo esto...
Después de todo no era más que un cuento...
Nosotros no les explicamos que todo es un engaño, pero les dejamos mirar y tocar, con cuidado, y vemos cómo brilla una luz de entendimiento en sus ojos...
Luego se despiden, dicen adiós. Hemos ganado unos amigos para toda la vida.
Esto pasa en nuestro teatro para niños...
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